Miré la televisión con angustia el domingo en la noche cuando le escuché usar la plataforma de la ceremonia de los Oscar para igualar la maniaca brutalidad de Hamas contra israelíes inocentes con la difícil, pero necesaria auto defensa de Israel frente a la barbaridad en curso de Hamas.
Tengo 94 años y soy el único miembro de las 105 almas de mi familia que sobrevivió al holocausto. Milagrosamente sobreviví casi tres años en el infierno de Auschwitz y un año en el infierno de Buchenwald.
Miré la televisión con angustia el domingo en la noche cuando le escuché usar la plataforma de la ceremonia de los Oscar para igualar la maniaca brutalidad de Hamas contra israelíes inocentes con la difícil, pero necesaria auto defensa de Israel frente a la barbaridad en curso de Hamas.
Sus comentarios fueron fácticamente imprecisos y moralmente indefendibles.
La “ocupación” de la cual Usted habla no tiene nada que ver con el holocausto. La existencia del pueblo judío y su derecho a vivir en la tierra de Israel precede al holocausto por cientos de años. El paisaje político y geográfico de hoy es el resultado directo de las guerras que empezaron líderes árabes anteriores, quienes se negaron a aceptar al pueblo judío como su vecino en nuestra patria histórica.
Ahora que varios países árabes están haciendo la paz con Israel debido a que la seguridad y la prosperidad son mejores para todas las personas, Irán y sus agentes iniciaron otra guerra, instigada por muchos que, por ingenuidad o malicia, culpan a “la ocupación”.
Lo peor es que Usted usa el holocausto para validar su opinión personal. Usted hizo una película sobre el holocausto y ganó un Oscar. Y Usted es judío. Muy bien. Pero es vergonzoso que presuma de hablar en nombre de seis millones de judíos, incluidos un millón y medio de niños que fueron asesinados solamente por su identidad judía.
Y es deshonroso para Usted presumir de hablar por aquellos de nosotros que personalmente vimos al mundo callar mientras nuestras madres, padres, hermanos, hermanas, abuelos, tías, tíos y primos era asesinados. No teníamos a dónde ir – ningún sitio posible de refugio. Ningún país nos aceptaba, incluso cuando los líderes mundiales sabían que miles de judíos estaban siendo asesinados todos los días. No había una nación judía a donde pudiéramos escapar.
Usted debería estar avergonzado de Usted mismo por usar Auschwitz para criticar a Israel.
Auschwitz
A todos los judíos del mundo, mis amigos, mis hermanos
Esos poetas infernales,
Dante, Blake, Rimbaud…
que hablen más bajo…
que toquen más bajo…
¡Que se callen!…
Hoy
cualquier habitante de la tierra
sabe mucho más del infierno
que esos tres poetas juntos.
Ya sé que Dante tocaba muy bien el violín…
¡Oh, el gran virtuoso!…
Pero que no pretenda ahora
con sus tercetos maravillosos
y sus endecasílabos perfectos
asustar a ese niño judío
que está ahí, desgajado de sus padres…
Y solo.
¡Solo!
aguardando su turno
en los hornos crematorios de Auschwitz.
Dante… tú bajaste a los infiernos
con Virgilio de la mano
(Virgilio, “gran cicerone”)
y aquello vuestro de la “Divina Comedia”
fue una aventura divertida
de música y turismo.
Esto es otra cosa… otra cosa…
¿Cómo te explicaré?
¡Si no tienes imaginación!
Tú… no tienes imaginación,
Acuérdate que en tu “Infierno”
no hay un niño siquiera…
Y ese que ves ahí…
está solo
¡Solo! sin cicerone…
esperando que se abran las puertas de un infierno
que tú; ¡pobre florentino!,
no pudiste siquiera imaginar.
Esto es otra cosa… ¿cómo te diré?
¡Mira! Éste es un lugar donde no se puede tocar el violín.
Aquí se rompen las cuerdas de todos
los violines del mundo.
¿Me habéis entendido poetas infernales?
Virgilio, Dante, Blake, Rimbaud…
¡Hablad más bajo!
¡Tocad más bajo!… ¡Chist!…
¡¡Callaos!!
Yo también soy un gran violinista
y he tocado en el infierno muchas veces…
Pero ahora, aquí…
Rompo mi violín… y me callo.
León Felipe (Tábara, Zamora, 1884 – México, DF, 1968)
Poema incluido en ¡Oh, este viejo y roto violín! (1965)
Publicada por la Fundación para los sobrevivientes del Holocausto, Estados Unidos, 12 de marzo, 2024.
Traducción: Prof. Jesús Jambrina