La exposición reúne obra de las treinta y una artistas que participaron en Exhibition by 31 Women, muestra organizada por Peggy Guggenheim en su galería de Nueva York Art of This Century en 1943. La mayoría de estas creadoras estaban vinculadas al movimiento surrealista o a la abstracción, y entre ellas había tanto nombres establecidos en el panorama artístico como talentos emergentes.
¿Quién fue Peggy Guggenheim?
Peggy Guggenheim fue una mujer que contribuyó muchísimo a la renovación del arte norteamericano en la posguerra. Empezó como coleccionista en Francia, sus primeros contactos con las vanguardias tuvieron lugar en los años 30. Ahí empezó a desarrollar una pasión por el arte y empezó a coleccionar arte contemporáneo. Abrió una galería en Londres, Guggenheim Jeune, y ahí empezó su trayectoria como galerista. Cuando estalló la II Guerra Mundial cerró la galería y volvió a Nueva York, donde había nacido en el seno de una familia muy adinerada. Ahí fundó en 1943 la galería Art of this Century, que es donde realizó la exposición en la cual se basa la exposición que tenemos ahora en Madrid.
Art of this Century fue un hito histórico porque tenía una doble función: museo de arte contemporáneo y galería. En la Galería Surrealista exhibió su propia colección de arte surrealista y en la Galería Abstracta exhibió su colección de obras abstractas. También tenía la Galería Cinética, donde exhibía obras que requerían participación del espectador, ahí por ejemplo había obras de Marcel Duchamp, y finalmente, una galería dedicada a exposiciones temporales, se llamaba la Galería de la luz diurna porque tenía unas enormes ventanas. Ahí organizó entre muchas otras, la exposición 31 women. En el año 1947 por una serie de razones, algunas financieras y también por la nostalgia que sentía hacia Europa, cierra la galería y se traslada a Venecia. Ahí, en un palacio veneciano instalará definidamente su colección que se puede ver hasta hoy. Ahí se exhibe su colección y el sitio sirve como centro de investigación, biblioteca y archivo.
Peggy Guggenheim proviene de una familia judía alemana ¿tenía vínculo con su judaísmo?
Que se sepa no, se reconocía en la herencia y la cultura judía pero no tenía interés religioso, y en su labor como mecenas, nunca mostró especial interés por apoyar artistas judíos o temas relacionados con el judaísmo.
¿Cómo surgió la exposición 31 mujeres?
31 mujeres fue una de las primeras exposiciones que organizó Guggenheim en la galería. No se sabe quién tuvo realmente la idea de organizar una exposición dedicada a mujeres artistas. Algunos autores dicen que fue idea de Marcel Duchamp, pues él le estaba asesorando a Guggenheim en la galería. Una pintora que formó parte de la exposición, Buffie Johnson, tenía un compromiso feminista notable y sostiene que ella le dio a Peggy Guggenheim la idea. A Guggenheim le interesaba mucho poner en valor las obras de las artistas y luchaba en contra de la idea de que el arte femenino era decorativo y de segundo rango y quería darles un protagonismo a las mujeres del surrealismo y la abstracción, pues las mujeres solían ser presentadas como musas y compañeras de los artistas de sexo masculino. Así que no sabemos quién tuvo la idea, pero ella estaba muy comprometida con este proyecto. En el año 1945 organizó en su galería una segunda exposición dedicada a mujeres titulada The Women.
¿Qué incluye la exposición que se puede visitar ahora en Madrid?
Nuestra exposición se inspira en la del año 43, pero las obras no son las mismas que se exhibieron en la galería de Guggenheim. No tenemos suficientes datos para saber exactamente qué obras se expusieron, no hay fotografías, tenemos una lista de las obras, pero muchos de los títulos son ambivalentes, como por ejemplo naturaleza muerta, de una artista que muchas de sus obras tenían ese título. Es muy difícil identificar qué obras estuvieron ahí. Por otro lado, hay obras que sí han sido identificadas, pero se encuentran en colecciones de grandes museos y no podían ser prestadas.
Todos los fondos provienen de la colección privada 31 Women Collection, realizada por la coleccionista neoyorquina Jenna Segal. Segal investigó la exposición de Guggenheim, se sintió fascinada por esa iniciativa del año 43 y empezó a coleccionar obras de las 31 mujeres que habían participado en la muestra histórica. Eso no siempre era fácil, algunas artistas son muy conocidas hasta hoy en día, y otras son totalmente desconocidas y ella ha ido creando esa colección de las 31 artistas presentes en la exposición de Guggenheim y lo que mostramos ahora es una selección, interpretación de esos fondos. Jenna Segal ha intentado que las obras sean contemporáneas de la exposición original pero no siempre hay obras disponibles de esos años. Por eso podemos ver algunas obras muy interesantes que son posteriores al 43.
La corriente artística dominante en la exposición, como en la época, es el surrealismo, y se nota la influencia de Sigmund Freud en ese arte. ¿Hay algo particular de esa influencia en el arte de las mujeres?
Tanto los hombres como las mujeres se interesaron mucho en los textos de Freud. En el caso de las mujeres creo que quizá hubo un especial interés en lo que Freud denominó unheimlich, en español se suele traducir como lo siniestro. Se refería a la sensación inquietante o terrorífica que sentimos cuando algo muy familiar, muy conocido, como nuestra casa, un amigo, de repente adquiere rasgos que no son familiares, extraños, y nos sentimos aterrorizados porque lo familiar se des familiariza. Lo más íntimo y cercano se vuelve inquietante y amenazante. Creo que las mujeres surrealistas jugaron mucho con ese concepto de lo siniestro. Trabajaron mucho con géneros, convencionalmente asociados a las mujeres, como por ejemplo la naturaleza muerta o el bodegón, pintando objetos muy cotidianos de cocina. Ellas les dan ese giro a lo misterioso, o los representan de alguna forma que pierden esa familiaridad.
Lo mismo ocurre con la imagen de la casa. Muchas trabajan con espacios domésticos que siempre han sido asociados a lo femenino, pero estos espacios aparentemente cercanos, amables y femeninos se vuelven también terroríficos y amenazantes. Por ejemplo, tenemos un cuadro de Kay Sage de un interior domestico poblado de fantasmas, o un cuadro de Dorothea Tanning donde vemos a una niña que en un interior doméstico se transforma en un cuerpo en llamas.
Descarga las calves de la exposición, 31 Mujeres
La exposición original se presentó en plena Segunda Guerra Mundial. Muchas de las artistas eran exiliadas pues el arte surrealista y abstracto estaba perseguido por los nazis. ¿los temas de la guerra y el exilio aparecen en la obra de estas
Sí, la guerra fue un tema presente en la obra de varias artistas de la muestra, obras que remitían a los horrores de la guerra. Gran parte de los surrealistas se exiliaron a América, algunos a México, y muchos a Nueva York. Guggenheim fue una figura central en unir la vanguardia europea y la vanguardia norteamericana. Esa llegada de los surrealistas exiliados sirvió de inspiración para los jóvenes artistas norteamericanos como Jackson Pollock, Willem de Kooning, que iban a protagonizar la pintura vanguardista norteamericana de los años 50. Nueva York se va a convertir después de la II Guerra Mundial en el centro de arte del mundo occidental y eso es también gracias a la figura de Peggy Guggenheim que unió en su galería artistas europeos y norteamericanos.
En su mansión de Nueva York organizaba reuniones a las cuales acudían todos los surrealistas y las surrealistas europeas. Muchas de las artistas de la exposición conocieron a Guggenheim y a otras artistas en estas reuniones. Ahí empezaron a frecuentar los jóvenes artistas americanos, cosa que propició el nacimiento de la llamada La Escuela de Nueva York y el nacimiento del expresionismo abstracto. Por eso creo que Peggy Guggenheim era una figura muy importante tanto para el arte europeo como para el arte norteamericano.
¿La exposición de 31 mujeres tuvo un impacto notable en mejorar la posición de las mujeres en el arte?
Sí tuvo un impacto. Ella no tenía un programa feminista en el sentido que se usa hoy la palabra, pero sí tenía el objetivo de poner en valor la obra de las mujeres. La exposición tuvo mucha repercusión en la época, en la prensa. Fue algo mixta, algunos críticos alabaron mucho la iniciativa de Guggenheim y la obra de las artistas expuestas, otros tuvieron comentarios misóginos, burlándose de la idea de una exposición sólo de mujeres, diciendo que eran obras de segundo rango. Las críticas reflejan los prejuicios de la época con respecto a mujeres artistas. Sin embargo, sirvió para impulsar la carrera de muchas de ellas, por ejemplo, justo después de esta exposición, la obra de varias artistas surrealistas como Kay Sage y Leonora Carrington, fue incluida en la revista surrealista VVV, que se editaba en Nueva York y hasta entonces no había incluido jamás una obra de una mujer. Además de esta exposición, Guggenheim organizó muestras individuales dedicadas a algunas de esas artistas que habían participado.
De las obras que podemos ver ahora en Madrid ¿qué obra destacarías como más especial? ¿cuál te gusta más?
Eso es complicado de decir… A mí personalmente me interesa mucho la obra de Leonor Fini, tenemos un autorretrato de ella que me parece extraordinario. Dentro de las obras abstractas, me parece que ha sido un descubrimiento la obra de Buffie Johnson. La obra que tenemos de ella es parte de un mural que ella hizo para el Teatro Astor en Nueva York. Al hacer un mural ella hacia también una declaración de intención, el muralismo fue un género cultivado por los artistas de las décadas 40 y 50, pero se consideraba un género masculino, por las grandes dimensiones se consideraba que una mujer no podía abarcar ese tipo de obra. Johnson realizó un enorme mural en el teatro que estuvo ahí hasta los años 60. Cuando se iba a desmantelar, una asociación feminista consiguió recuperar gran parte del mural y lo convirtió en cuadros individuales, de los cuales podemos ver uno en esta exposición en Madrid.
Hay muchas obras muy interesantes y una dimensión importante de la muestra es el carácter coral. Guggenheim no quiso destacar a ninguna artista por encima de otras. Al final de la exposición hemos hecho un esquema en el cual trazamos la relación que había entre las artistas, mostrando esas redes personales y profesionales entre las mujeres, que fueron otra cosa importante que se reforzó con la exposición de Guggenheim.