Hablamos con Dana Raz, coreógrafa israelí afincada en España sobre el fascinante mundo de la danza contemporánea, desde sus comienzo como bailarina en la prestigiosa Kibbutz Contemporary Dance Company, en Israel hasta fundar su propia compañía de danza en Asturias, Dana Raz Dance Projects.
¿Qué es KCDC (Kibbutz Contemporary Dance Company) y cómo ha sido su vivencia allí?
Dana Raz: Se trata de un kibbutz, aquí no existe nada parecido. Es un pueblito muy pequeño organizado en un formato que nació antes de que Israel se convirtiera en un país. El formato era ideológicamente comunista. Es decir, es una comunidad donde no tienes propiedad propia, lo que tienes es de todos, lo que todos tienen es tuyo. Hoy en día ya hay kibutzim en los que el formato ha cambiado hacia una manera diferente de vivir. Este kibbutz está al norte de Israel, cerca de Nahariya al borde con Líbano y, aparte de dedicarse a la agricultura, tiene una “factory” de danza. Se llama el Galil Dance Village donde tienes la compañía KCDC.
¿Qué tipo de actividades desarrollan ahí?
Hay programas como Dance Journey donde gente de todo el mundo viene a formarse durante 5 meses. Aprenden de la compañía e incluso mucho de ellos entran en la compañía.Yo estuve allí 8 años bailando. Al principio pensaba que “yo soy de ciudad”, pero hay algo en esta burbuja que te da la oportunidad de dedicarte todo el dia, todo tu cuerpo y tu mente a la danza.
¿Cómo se combina la vida comunitaria en un kibutz con el aprendizaje de la danza?
En el kibbutz se vive la danza de otra manera. Estás a 2 minutos del estudio, tus amigos y compañeros son de allí. Se danza. La experiencia no es solamente ser parte de una compañía, es estar en casa. Y no puedes llamar casa a muchas experiencias profesionales. Yo sigo en contacto con la gente del kibbutz. Siempre que voy a Israel trabajo con ellos.
Es la mejor escuela porque lo aprendes mientras lo haces. Si se trata del cuerpo, hay que aprender con el cuerpo.
Mi propia voz la encontré en el kibbutz y la llevé a España. Hay mucha estética similar que llevo de allí, la energía, lo físico, en una manera un poco transformada, por supuesto, pero sí que viene de allí.
Dana Raz
¿Qué diferencia hay entre el mundo de la danza en Israel vs España?
¡Esta es una pregunta de un millón de dólares! Me chocó mucho mudarme aquí. Además yo me vine para Oviedo, que no es Madrid, donde la danza contemporánea era minoría. Observé que la danza contemporánea estaba demasiado anticuada o muy mal disciplinada. Obviamente, la danza contemporánea está abierta y hay mucho rango y escuelas, pero yo estoy a favor de que la danza contemporánea sea técnica y hay que dedicar mucho trabajo físico.
Cuando llegué a España, me preguntaron: ¿qué es esto de danza contemporánea? ¿Son esas actuaciones en las que se mueve la gente de manera rara? Yo les contestaba que no conozco esto. La danza contemporánea tiene estética, lleva un trabajo físico, mucho trabajo en el estudio, horas sin fin, incluye la danza clásica y el ballet, que son las bases. Cuando llegué aquí no había nada de técnica, todo muy libre o todo muy neoclásico.
¿Y cómo es en Israel?
Hay algo especial en la danza de Israel, no sé por qué. Igual es por el estrés que estamos viviendo a diario, o los cambios culturales y la manera de vivir la vida. Hay algo muy honesto, sincero, directo, con mucha fuerza, sin miedos, natural.
Y lo ves también en los bailarines israelíes. La danza contemporánea de Israel es un referente muy grande dentro del mundo de la danza contemporánea. No quiero quitar el valor de tantos coreógrafos y bailarines de aquí o de Europa, porque hay muchos brillantes, pero cuando ves una danza israelí sabes que es una danza israelí, hay algo muy fuerte.
Como los mismos israelíes…
Hay algo especial en la danza de Israel, no sé por qué. Igual es por el estrés que estamos viviendo a diario, o los cambios culturales y la manera de vivir la vida. Hay algo muy honesto, sincero, directo, con mucha fuerza, sin miedos, natural.
Dana Raz
Como Israel es un país muy joven en comparación con Europa, toda la historia clásica que tienen España, Italia, todos los museos, esto no existe en Israel. Entonces, no tuvimos otro remedio que crearnos en lo que hay. Y allí está la investigación tan interesante del cuerpo.
¿Qué tengo? El cuerpo. Con esto hago el mejor arte posible y ya está. También hay algo en la mentalidad israelí de “¡hagamos!” Aquí se habla mucho y luego se intenta hacer. Yo incluso en mis clases soy la que siempre dice: “¡no hablar, hacer!”. Se aprende haciendo. Tu identidad y todo lo que vives entra en tu movimiento y en la manera en la que bailas y allí es el arte y esto se ve.
Sus creaciones se inspiran bastante en temas de la cultura israelí (Field of stars), Golem o Muktzeh (judia). ¿Cómo han sido entendidas o recibidas en España y dónde encuentras la inspiración?
Golem es una pieza en la que por primera vez bailo sola. Esta pieza es un punto en mi vida como mujer, como profesional. Hablo de integración, de migración. Buscaba respuestas a quién soy soy y a dónde pertenezco.
Muktze trata sobre la mujer dentro de la religión. Yo vengo de un país en el que la religión está muy integrada en la infraestructura del país. Yo estoy a favor de la religión pero como historia, cultura, tradiciones, pero no puede ser una doctrina religiosa que me diga cómo vivir la vida como mujer. La religión está utilizada a favor del hombre para colocarlo encima de la mujer, encima de Dios incluso.
Esto no pasa solo en Israel, pasa en todo el mundo. En el nombre de Dios….¿qué significa esto?
Vamos a abrir un poco los ojos porque no puede ser que se utilice la religión, que puede ser algo bueno, espiritual, esperanzador, para dejar a las mujeres sin voz, sin futuro prácticamente.
Yo creé esta pieza desde mi experiencia, desde la cultura judía, pero creo que es relevante para todos los públicos. Porque en el nombre de Dios, no se pone el hombre encima de la mujer! No estoy marcando este problema como solo del judaísmo, viene de allí porque es mi mundo, es lo que conozco, pero es un problema universal, es algo sobre la posición de la mujer dentro de la religión, ya sea cristiana, judía, musulmana.
En primer lugar está la cuestión de mantenerse en pie y no caerse. Qué extraño que un pie tan estrecho pueda servir de base. Y luego está el extraño asunto de una maleta, una caja con un asa en la que metes cosas para el camino. Qué camino y qué cosas: ésa es una pregunta, pero una pregunta aparte. Luego está el extraño asunto de la noche, y está oscuro, y no puedes ver, y por lo tanto tampoco lo sabes. Y esta combinación de pies, maleta, noche… muy extraña. Es todo muy extraño, como si las cosas estuvieran una vez unidas pero se hubieran separado.
Hanoch Levin
Field of Stars nació para algo que tuve que crear para el año del jacobeo. ¿Cómo me puedo inspirar del Camino de Santiago que yo no conozco? Yo cogí el camino como una búsqueda para encontrarte a ti mismo. Esta pieza la creé con muchas pausas en casi 2 años. Al final surgió como el camino de la vida, qué es la vida, que quieres de ella, y al final la muerte, que es parte de la vida.
¿Qué es la vida como un camino para ti?
Es poner un pie enfrente del otro. ¿Por qué estamos tan estresados por llegar al destino? ¿Por qué tenemos esta necesidad de llegar y no disfrutamos del camino? Pararte a veces te hace ver cosas que no ves cuando estás caminando para adelante.
Esta pieza la empecé cuando estaba bien y la continué durante mi enfermedad. Encontré las palabras de Hanoch Levin, que me encanta por su manera tan sincera, tan directa de decir las cosas. Como yo no soy muy buena con las palabras, cogí el texto de Levin como inspiración.
¿Qué busca en sus creaciones?
Mi objetivo a la hora de crear es expresar mis inquietudes, como persona, más que nada como mujer, en todo lo que hago, la mujer está muy enfocada. El arte es un canal de expresar realidades, miedos, es muy importante su papel social. Debemos como artistas dar voz a estas inquietudes para ser mejor como sociedad.
¿Qué es Trialogfem?
Ahora en agosto, es la tercera edición de este proyecto, que es romper techos de cristal también en la danza. La danza es muy femenina, no? Si vas al estudio de danza, vas a ver más alumnas que alumnos. Y después cuando vas escalando, vas a ver que la mayoría de los coreógrafos son hombres. Creo que hay que tener un balance.
En este proyecto, ponemos a la mujer en el medio y le damos visibilidad. Es un proyecto muy completo, 3 días abiertos a todo el mundo, hay workshops, actuaciones, diálogos, laboratorios de danza con música en vivo, investigaciones sobre temas de la mujer a través del movimiento. Otros días son para bailarines semi o pro para que tengan la oportunidad más intensiva de trabajar con las coreografías invitadas y nos viene gente de todo el mundo.
¿Cómo ha impactado el 7 de octubre su vida?
Ha sido muy, muy duro, e igual lo viviría si hubiera pasado a otro grupo de mujeres. Que las mujeres sean botines de guerra no puede ser. Es barbarismo. Es el fin del mundo para mi.
Y esto es lo que está pasando un poco ahora en la sociedad. Que tantas organizaciones feministas estén calladas, esto no lo puedo entender.
Las violaciones de las mujeres en guerras es algo que no puede existir en 2024. Es la cosa más barbárica que puede existir y además llamarles “freedom fighters”, lo siento NO. Me ofende que se queden calladas. Esto no puede ser.
Lo que más me da miedo es el silencio, el silencio de todos los demás que supuestamente son liberales, que supuestamente son feministas, que abogan por los derechos humanos de todos los humanos da igual quién eres, pero ya ves cuando no hay interés, se quedan calladas.
Tengo muchas colegas que parecen que se alimentan de información que viene solo a través de los Tiktoks y de las redes sociales porque es fashionable o porque decir “from the river to the sea” está de moda, pues no lo acepto. Porque lo que estás diciendo es: “adios, Dana, tu ya no tienes país”, y además ni siquiera sabes lo que estás diciendo. No todo es blanco y negro, la vida no es blanca y negra, hay mucho gris. Busca en lo gris y no tienes por qué coger lado. Hay bueno y malo en los dos lados. Y nada es tan firme. Así que a mi me cuesta mucho dialogar con gente así, de opiniones firmes. Yo me quedé bastante herida por lo que aconteció el 7 de octubre y bastante herida por la gente que se quedó callada.
Lo que más me da miedo es el silencio, el silencio de todos los demás que supuestamente son liberales, que supuestamente son feministas...
Dana Raz