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Francesc Hernández i Dobon, profesor de la Universidad de Valencia, “Adam Czerniakow dio su vida para salvar a la comunidad judía del Gueto de Varsovia”

Diario del Gueto de Varsovia
Francesc Hernández i Dobon, Catedrático de Sociología en la Universidad de Valencia

Valencia presenta la primera edición en castellano del “Diario del Gueto de Varsovia, Adam Czerniakow”, 80 años después de su muerte. Traducido por el profesor y catedrático valenciano Francesc Hernández i Dobon

Diario del Gueto de Varsovia, de Adam Czerniakow
Diario del Gueto de Varsovia. Adam Czerniakow

En la carta que deja escrita a su mujer dice que él no puede entregar a su pueblo y que tiene que morir por su pueblo

El libro es un testimonio único que relata el día a día del Gueto de Varsovia. Cuesta entender tanto tiempo transcurrido para celebrar hoy la primera edición para el público hispano. Se conservan ocho de los nueve cuadernos de anotaciones diarias entre 1939, poco antes de la invasión alemana de Polonia, hasta 1942, cuando se suicidó coincidiendo ante el inicio de las deportaciones a los campos de exterminio. Gracias a la esposa de Czerniakow, la doctora Felicja Czerniakow, los diarios fueron salvados. Con la ayuda de amigos, logró salir del gueto después de la muerte de su marido. Se escondió durante diez meses en la casa del Dr. Grabowska y luego en casa del profesor Apolinary Rudnicki, director del Primer Liceo de la Unión de Escuelas Secundarias Polacas. Las notas de Czerniakow resurgieron misteriosamente en 1964 en Canadá y fueron compradas por el Instituto Yad Vashem de Jerusalém.

Adam Czerniakow (1880-1942) ingeniero, economista y senador nació en Varsovia. Obtuvo un diploma en ingeniería química en el Politécnico de Varsovia y un segundo diploma en el Departamento Industrial del Politécnico de Dresde. Asistió a la Escuela de Comercio y conocía idiomas extranjeros, entre ellos el castellano. Trabajó en una empresa alemana hasta que en 1939 con la invasión alemana de Polonia se sitúa al frente del Gueto tras ser elegido presidente del Judenrat, en la Comunidad judía de Varsovia. Tuvo un hijo con su mujer Felicja, que murió en el frente ruso.

Adam Czerniakow dio su vida por la Comunidad, en un infierno indescriptible de sufrimiento que dejó escrito en su diario. Gestionó el mayor gueto de Europa durante la Segunda Guerra mundial, con más de 360.000 judíos censados, que llego a alcanzar los 450.000 personas confinadas con la llegada de otros judíos deportados de ciudades polacas. Durante toda la existencia del gueto murieron más de 80.000 personas. En julio de 1942 comenzaron las deportaciones al campo de exterminio de Treblinka y Adam puso fin a su vida. Adam luchó con la esperanza de salvar a su comunidad, como refleja en cada hora anotada. Afrontaba los problema para dar soluciones tratando de subir peldaño a peldaño, como en la escalera de Jacob.

Cada peldaño que avanzaba los nazis le hacían retroceder con más problemas. Cada solución que proponía Adam obtenía en sus interlocutores de la SS nuevos obstáculos. Creó escuelas, hospitales, orfanato, centros de formación, peleaba a diario el pago a las cuadrillas de judíos reclutados para trabajar en la reconstrucción de una Varsovia arrasada por los bombardeos alemanes. Fue testigo del sufrimiento de un pueblo y de los odios, de quienes en otros tiempos fueron cordiales vecinos. Trabajó sin descanso con la esperanza de salvar a su pueblo. Tras la aparición de sus diarios, su figura resurgió. Nos recuerda como vivió con la esperanza de un pueblo encarnada por Moisés, y pinceladas de uno de sus personajes literarios favoritos, el Quijote, en medio de una pesadilla que a medida que avanza la lectura recuerda una de sus películas favoritas, El Titanic, en una de las primeras versiones en aquella época.

En sus primeras páginas nos relata los bombardeos alemanes en Varsovia y como el orfanato de la calle Jagiellońska fue destruido. Adam deja escrito en esos primeros días, una cita del Quijote, escrito de puño y letra, en castellano, ante las solicitudes en la prensa de material médico como vendajes en medio de una ciudad arrasada. “Esto me recuerda el siguiente pasaje de Don Quijote sobre un soldado: Lléguese un día de batalla; que allí le pondrán la borla en la cabeza, hecha de hilas, para curarle algún balazo, que quizá le habrá pasado las sienes, o le dejará estropeado de brazo o pierna. [Don Quijote, primera parte, cap. XXXVIII]” señala Adam.

Adam Czerniaków,
Adam Czerniaków, Presidente del Judenrat, en su oficina con un oficial alemán. Varsovia, Polonia

El jueves 14 de septiembre de 1939 / 1 Tishrei del 5700 en el calendario judío, relata como en el cementerio judío hay más de 130 cadáveres quemados por las bombas incendiarias. En Rosha Shana lanza el primer grito de auxilio a la comunidad internacional “hacer un llamamiento de ayuda caritativa a los judíos de todo el mundo. El Comité de Ciudadanos lo ha aprobado”. En la celebración de Pesaj trata de conseguir panes ácimos para la comunidad.

El 10 de noviembre de 1939 “El lunes he sido convocado en las SS para tratar de las expulsiones. ¡Solo Dios sabe qué traerá ese día!”. El diario es una fuente inagotable de datos, testimonios y confesiones personales, como cuando escribe “Una vez, hace mucho tiempo, hice el plan teórico de dividir mi vida en tres partes: I. estudio y juego; II. logros; III. reconciliación con Dios y en paz conmigo mismo. El destino lo ha querido de otra forma”.
Las puertas de su despacho esta siempre abierta a todo el mundo. Confiesa que “mi cabeza está que revienta por todas las quejas” ante las infinitas carencias de la comunidad y también los deportados al gueto de Varsovia. “Ahora tengo que hacer frente a los deportados de cuatro localidades, a los hospitales, a los orfanatos, a Annopol, y se me echaron encima un montón de personas enloquecidas. Mi cabeza solo hace que dar vueltas”.

El jueves 30 de noviembre de 1939 / 18 Kislev de 5700 escribe tras una reunión con la SS “hoy cumplo 59 años. Una reunión del Consejo. Hacia el final de la reunión, el periódico Nowy Kurier Warszawski trajo un anuncio de los brazaletes judíos, la señalización de los comercios judíos, así como la ejecución de las 53 personas de la calle Nalewki, 9. Los brazaletes son obligatorios desde mañana por la mañana”.

Lector empedernido, solo encuentra el tiempo “por la noche leo muchísimo y envidio a todos los héroes de mis novelas porque vivieron en épocas diferentes”. En el día a día del Gueto de Varsovia cuenta situaciones de inmenso dolor, como la de una mujer que prestaba auxilio a su marido durante un ataque aéreo, “una bomba le sacó las tripas a él. Con sus propias manos, ella las empujó hacia dentro. Luego le condujo al hospital, donde murió. Fue enterrado en una fosa común. Ella lo desenterró y lo enterró de nuevo en una tumba separada”.

 

Episodios como los constantes linchamientos e insultos sufridos por los judíos “A las 2 del mediodía, una banda de bribones, que en los últimos días ha estado apaleando a judíos. Han desfilado frente a la Comunidad, rompiendo los cristales en las casas y en otros lugares de la calle. Un emisario de la Comunidad, el Ing. Friede, fue golpeado hasta sangrar por un segundo grupo en la calle Elektoralna. Mañana presentaré la hoja ensangrentada en las SS”.

Mientras se amurallaba el gueto y se estrechaba el lazo de la muerte, Adam se batía en todos los frentes, para dar “un albergue para 3.000 personas deportadas desde el Reich”  al mismo tiempo que debía atender otras urgencias. “Se ha cerrado desde la calle Rynkowa hasta la calle Ciepła. 18.000 personas están sin pan, porque a nadie le está permitido entrar o salir”.

El domingo 7 de abril de 1940 / 28 Adar de 5700 se celebra en las Oficinas de la Comunidad sobre Pesaj. “Una reunión sobre los panes ácimos. En respuesta al alcalde Kulski, el Consejo adopta la resolución de que la religión prohíbe el consumo de pan y se pide al alcalde la petición a las autoridades alemanas de una asignación de harina para los panes ácimos”.

Su judaísmo está presente hasta en detalles como durante una visita del administrador Sikorski al hospital de Czyste, escribe “hoy sábado, su acompañante, el Dr. Stein, quería encender un cigarrillo y yo le dije que fumar estaba prohibido en shabbat”.
Sus últimos días, es una lucha sin cuartel, ante los rumores sobre deportaciones a campos de concentración. Finalmente confirma que serán deportados pese a sus numerosas gestiones. Los primeros serán los que no puedan trabajar. Organiza contra reloj talleres para confección con el lema “una máquina de coser salva una vida”.

Pero el jueves 23 de julio de 1942, 9 de Av, se presenta en la Comunidad Worthoff, del personal de deportación, “ha venido y hemos discutido varios problemas. Ha dejado exentos de la deportación a los estudiantes de los centros de formación profesional. También a los esposos de las mujeres trabajadoras. Me ha dicho que se ocupará del asunto de los huérfanos con Höfle. Lo mismo, en lo que se refiere a los artesanos. Cuando yo le he preguntado por el número de días por semana en los que se va a realizar la operación, la respuesta ha sido 7 días por semana. Por toda la ciudad, una gran urgencia por abrir nuevos talleres. Una máquina de coser puede salvar una vida. Son las 3 en punto. Hasta ahora, 4.000 están preparados para irse. Las órdenes son que deben ser 9.000 para las 4 en punto”.
Adam Czerniaków acabo con su vida cuando entre sus manos leyó la primera lista de los nazis para deportaciones a los campos de concentración. Todos eran niños y ancianos que no podían trabajar. Su amigo Jozef le auguró años atrás de esta pesadilla que “Dios ha dispuesto que sufras toda la vida”, hasta que no pudo más.

Al recibir las primeras órdenes de deportación al campo de concentración de Treblinka, el presidente del Judenrat, Adam Czerniaków, se negó a tomar parte en la preparación de las listas de candidatos a la expulsión. Aquel 23 de julio de 1942, un 9 de Av, nos recuerda también episodios de inmenso dolor del pueblo judío como la destrucción del primer y segundo templo de Jerusalem o el asalto a la judería de Valencia. Aquel 9 Av puso fin a su vida con cianuro potásico, en su despacho de la Comunidad judía. Dejó escrito una nota para los miembros del Consejo y una breve carta para su esposa, donde se puede leer: “Exigen que mate a los hijos de mi pueblo con mis propias manos. No tengo más remedio que morir”.

Gueto de Varsovia

Entrevista a Francesc J. Hernández i Dobon, traductor y prólogo de la primera edición en español de “Adam Czerniaków, Diario del Gueto de Varsovia

¿Cómo decide publicar los diarios en castellano de  Adam Czerniaków en el Gueto de Varsovia?¿Y por qué su publicación en castellano?

Me impresionó mucho anteriores lecturas sobre Auschwitz y especialmente de Primo Levi, superviviente del holocausto, entre otros. En esas lecturas encontré el libro de Adam Czerniaków en inglés. Mi perplejidad era que no estaba traducido al castellano y me planteé traducirlo desde el primer minuto que lo leí y han pasado casi 20 años.

¿Cómo es posible que un testimonio tan importante no haya sido traducido antes?

Esto es importante entenderlo. Un muy amigo judío argentino lo define con claridad. Adam Czerniaków no solo fue víctima de los nazis, también tras su muerte fue víctima de la propaganda comunista y estalinista, de los años cuarenta y cincuenta. Le dedicaron el peor de los insultos. Los estalinistas acusaban de colaboracionistas a quienes participaron en los consejos judíos de los guetos. Fue estigmatizado hasta que aparecen los diarios en 1964 y por fin presentamos en castellano en Limmud Valencia, el próximo diciembre, 80 años después de su muerte.

¿Cómo aparecen los diarios?

Su mujer, superviviente del Holocausto logró esconderlos en un contenedor con la desgracia de que de los 9 cuadernos falta uno. La investigaciones apuntan a que ese cuaderno que falta fue requisado por los nazis cuando fue detenido y torturado.

¿Qué contenido tiene los cuadernos?

Cuando se transcribe es cuando caen todas las mentiras que habían vertido los estalinistas y comunistas rusos sobre su figura. Del desprecio sufrido pasa a ser quien dio su vida por salvar a los judíos del gueto de Varsovia, con enormes sufrimientos como vemos en la edición inglesa y edita Hilberg, un gran estudioso de la Shoá. 

Hay censados más de 360.000 judíos y se llegará a la cifra de 450.000 con las deportaciones de otras poblaciones polacas con destino a Varsovia

¿Cuándo encuentra tiempo para escribir el diario?

Todos los días escribe. Normalmente antes de dormir, o incluso en las esperas de reuniones. Nos damos cuenta que para cada solución Adam Czerniaków los alemanes le ponían un problema. Es una carrera de obstáculos. Vas leyendo el diario y te das cuenta que cada día es peor y que va a acabar mal, como así fue pero Adam se levanta cada mañana con la fuerza de la esperanza.

¿Cuando el barrio judío se convierte en gueto?

Tras la invasión alemana de Polonia llega la reclusión en el gueto de Varsovia y el amurallamiento que tienen que construir los propios judíos e incluso pagar los materiales. Hay censados más de 360.000 judíos y se llegará a la cifra de 450.000 con las deportaciones de otras poblaciones polacas con destino a Varsovia. Cada día los alemanes limitan más el espacio, generando asfixia y epidemias. Cuenta como el acceso al cementerio judío no era posible. Tenían que acceder a través de una casa y un puente. Es tremendo el sufrimiento vivido.

¿Cómo era su día a día? ¿Qué situaciones afrontaba?

Es un día a día agobiante. Tiene que negociar con todos, con la SS, con las autoridades polacas impuestas por los nazis y mientras dialoga con el consejo y los rabinos. Trata de negociar con las instituciones de asistencia internacional, que al poco tiempo son prohibidas por los alemanes. Empieza a hacer el diario con la pretensión de recordar todo lo que esta haciendo, sabiendo que será una aportación para la historia. En cada pagina del diario vamos viendo todo lo que hace y las decisiones que toma cada día en medio de una situación humanamente terrible. Estaba enfermo y sufre el drama de su hijo que escapó de Polonia y no sabe nada. Vive en una angustia permanente y su fuerza para levantarse cada día en esta lucha fue la esperanza. La muerte y los suicidios estaban a la orden de cada día. Es tremendo cada párrafo, cada página.

¿Ha encontrado similitud en algún otro documento sobre el Holocausto?

Cuando lees el diario te sumergen en el día a día del gueto con más de 360.000 judíos, organizando la supervivencia frente al estrangulamiento a que eran sometidos, viendo la lucha que sabes que no acabara bien. Cuando lees a Primo Levi, te estremeces pero damos gracias a que sobrevivió. En el diario de Adam Czerniaków sabes que no será así. Es un libro demoledor, de memoria histórica que deja testimonio de cada decisión, de lo que dijo y fue negociado con sus verdugos.

¿Era consciente de que su diario seria leído en algún momento de la historia?

Sí que consta, que parte del diario fue leído en un homenaje a otro miembro del consejo judío de Varsovia. Tengo la sensación que era consciente de que dejaba un testimonio que debemos recordar. Para mi la imagen de Adam Czerniaków es como la de Moisés guiando a su pueblo para sobrevivir  la esclavitud, aunque sabe que no llegara a la tierra prometida. Es un ingeniero y economista judío que da su vida por la comunidad.

¿Cuales fueron sus líneas rojas?

Su línea roja son las deportaciones. Negocia con los alemanes para que no haya deportaciones a los campos de concentración. Se da cuenta que los alemanes han cambiado, coincidiendo en la historia con la ‘solución final’ a partir de enero de 1942. Aun así, la esperanza era que fueran deportados fuera de Europa. El gueto estaba lleno de rumores que leemos en el diario.

¿Cuándo se da cuenta de la solución final de los nazis?

Cuando los alemanes ordenan la primera deportación de gente no productiva, niños y ancianos. Intenta montar falsos talleres textiles para emplear gente. Recorren el gueto recogiendo máquinas de coser con la consigna de una maquina de coser salva una vida. La misma mañana que marcha el contingente de ancianos y niños hacia oriente se suicida un 9 de Av de 1942.

Se inspira en la grandeza de Moisés y también en el Quijote en su lucha contra los gigantes molinos del nazismo?

Lucha contra esos molinos de viento por un ideal y una esperanza. El lector se sorprenderá de que en situaciones terribles. Hay también un humor judío, bromas, y chistes que circulan por el gueto y que ayudan a sobrellevar tanto sufrimiento. Hay otro momento cuando van el aparato de propaganda alemana graba una película en la que les obligan a hacer rituales ficticios de circuncisión, comiendo en restaurantes y nos cuenta el despropósito de todo aquello.

¿Cuáles fueron sus últimas palabras?

En su último día está resolviendo requisas de paquetes que hacían los alemanes de envíos postales y ya deja de escribir. En la carta que deja escrita a su mujer dice que él no puede entregar a su pueblo y que tiene que morir por su pueblo. Esa es su última declaración. Su mujer pudo huir y sobrevivió al holocausto llevándose los diarios. Su hijo murió en Crimea tras enrolarse a las tropas rusas.

¿Qué dificultades ha encontrado en esta primera edición en castellano?

Adam Czerniaków escribía muchas anotaciones y abreviaturas que hay que explicar. Está escrito en polaco aunque hay muchos textos en alemán. Cada vez cita lo que dicen los alemanes o a la prensa alemana lo escribe en alemán. Utiliza el hebreo cuando se refiere a rituales y celebraciones judías. También escribe en francés y castellano. Es un texto políglota y en la primera edicion en castellano nos hemos basado en la versión inglesa para su traducción. Una de las dificultades es buscar el equilibrio entre las citas y abreviaturas para que el lector tenga toda la información necesaria para saber que está pasando. En esta edición hemos añadido el calendario judío ya que es importante porque explica celebraciones judías y muchas cosas de lo que relata

¿Qué mensaje nos da Adam Czerniaków hoy en día tras 80 años de su muerte?

Menciona en sus días finales una película que hemos podido identificar en una versión cinematográfica del Titanic. La idea de que aunque estemos en un barco que se está hundiendo hay que seguir trabajando porque la esperanza es lo último que se pierde, como titula hoy el himno de Israel. Entiende que la esencia del judaísmo es una historia de mucho sufrimiento pero que hay que seguir luchando con esperanza. Entiende que su misión es un compromiso absoluto con su comunidad en el gueto de Varsovia, esa es su religiosidad. 

Su línea roja son las deportaciones. Negocia con los alemanes para que no haya deportaciones a los campos de concentración

Francesc J Hernández i Dobon nació en Valencia en 1959. Estudió Filosofía y pedagogía doctorándose en Sociología y profesor del departamento en la Universidad de Valencia. Cuenta con una amplia biografía en temática judía, centrado en la figura del humanista Luis Vives (1492/1540) cuya familia judía fue condenada por la Inquisición. Ha traducido textos de la Escuela de Frankfurt, sobre “Educar después de Auschwitz”.

Francesc J Hernández i Dobon

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