Escritora y periodista, y ahora maestra de escritura, Delfina Korn se formó con maestras como Ebe Uhart y Cecilia Pavón en su Buenos Aires natal. Ha trabajado en varios medios de comunicación y desde el año 2016 ha publicado varios libros de cuentos donde se mezclan personajes de distintas pieles y países, escribe sobre el dolor, suyo y de los demás, sus personajes nos hablan a veces con la angustia del ver el mundo por primera vez. Korn nos cuenta su trayectoria literaria por video conferencia desde Argentina.
Eres escritora desde hace mucho tiempo, pero ¿con cómo comenzó?
No creo que alguien sea escritor o escritora para empezar. Yo me considero como una persona que escribe. Como decía mi maestra Ebe Uhart, “un escritor es como artesano”, mientras trabaja en su proyecto es artesano. Escribir no es un título mayor, es proceso de escribir quien te hace escritor y no una carrera. Libros se publican millones, ¿son todos interesantes? Escribir, es una carrera de por vida, es una tarea difícil, necesitas paciencia, es lento. ¿Uno es escritor cuando ya publica?, no lo creo.
Yo por ejemplo estoy escribiendo una nueva novela, tratando de empezar, ¡y estoy en pañales! No es que publiqué algo y ya sé hacerlo, es inventar algo de la nada, es una página donde primero hay nada. Hay que encontrar una forma orgánica, real y natural a esa página en blanco. Todo esto, tarda en aparecer, porque es artesanía.
Cuando uno se sienta a esta tarea ardua de comenzar una novela, que como dice, es un proceso lento, que más tiene que ver con la artesanía que con otra profesión, ¿quiénes son sus referentes y cómo le han influenciado?
Yo tengo tres maestros importantes: 3 maestros. Ebe Uhart, que empecé con ella a los 18 años y estudié con ella durante 12 años. También estuvo Alejando López, que es un grande, y después Cecilia Pavón, que todavía estudio con ella. Yo soy muy creyente en los talleres literarios, en los maestros y sí que es cierto que la escritura no se enseña, pero sí se puede acompañar. Mis maestros han sido muy importantes al acompañarme a encontrar mi propia voz.
¿El proceso de escribir es entonces terapéutico?
No, no creo; pienso que yo siempre busqué mis maestros, salvo Ebe, que llegué a ella de casualidad, en realidad me gustaban estos maestros por cómo escribían y algo resonaba que tenían algo de lo que quizá yo podría aprender. Yo recomiendo que a la hora elegir un taller literario hay escoger los de los autores que nos gustan.
Tras estos grandes maestros, llegó su turno supongo, ¿qué escribió y se publicó por primera vez?
El Yanqui (Mansalva, Buenos Aires fue una publicación digital y lo terminé justo cuando volví de Israel en 2016. Es una novela que había trabajado durante 8 años. Trata de una adolescente que está enamorada. Una amiga lo describió bien -lee Delfina Korn en alto-: “El Yanqui trata sobre la adolescencia y la desesperación, sobre cómo es posible que en el medio de la soledad más profunda se pueda hacer contacto con otros y que queden marcas indelebles”. Esta frase me parece muy linda. Escribo sobre hacerse mujer, delirios amorosos, ilusiones, leer el mundo por primera vez. Y, sobre el dolor.
¿Habla de ti, es autobiográfico?
Yo creo que toda la literatura surge de algo, nada surge de la nada. El debate actual sobre si algo es autobiográfico o no a mí me parece de lo más estéril. Me refiero a toda la discusión sobre la literatura del yo, literatura autobiográfica…, -se hace un pequeño silencio-, no sé qué escritura no es autobiográfica y creo que cuando uno se sienta a escribir ya es ficción al mismo tiempo.
Mucha de la literatura teórica que traigo a mis alumnos a leer trata sobre la literatura autobiográfica. Pero se aplica a toda la literatura, yo no hago distinción. No le encuentro sentido a la distinción. Realmente no me importa si algo es autobiográfico o no. Mi novela sí está basada en experiencias mías, claro. Reflejo mi obsesión en esa época por tener un bebé siendo adolescente.
Si El Yanqui fue tu primera publicación, ¿cuáles han sido las últimas y qué temas te obsesionan en este momento?
Aguas compartidas (Griselda García Editora, Buenos Aires, 2018) y Prefiero morir de amor (Bombal, Buenos Aires, 2022) han sido mis últimos libros. Son libros de cuentos. Aquí los temas son siempre los mismos, no sé si uno va cambiando. Como que el escritor escribió lo mismo toda la vida. Podríamos escribir 52 libros sobre cada cosa que pasó en la vida. Escribo sobre el amor, sobre mujeres de distintos países. Está presente el malentendido, el malentendido en el lenguaje, la incomprensión, la traducción, distintas culturas, viajes, mis impresiones y sensaciones en muchos escenarios y con mucha gente.
Quizá en Aguas compartidas está más presente el mundo judío, pero también el mundo africano, el mundo latinoamericano, peruana, colombiana. Esas son las personas que aparecen.
Siempre es más complejo salir de ese yo que tiene una opinión formada sobre el mundo y que tiene distintas identificaciones o etiquetas y entrar en las zonas más raras que tenemos. Zonas grises. Especialmente yo tengo muchas.
En estos mundos que se cruzan en tus cuentos, ¿qué judía y qué latinoamericana escriben?
No, no hay, no hay eso. Creo que cuando uno escribe es todo, quien es y quien no es. Somos múltiples y no creo que haya una judía en mí que escribe, o una latinoamericana, tampoco creo que haya una Delfina que escribe. Aquí mí me pongo más etérea, soy un ser que está en este mundo y ya. Creo que todo loque experimentamos en la vida, seguro que ser judía y latinoamericana existe, estoy impregnada de eso, pero soy muchas otras. También soy católica y musulmana cuando escribo. El arte tiene esa cualidad, como que, justamente donde uno puede ser otro. Y sentir como otro y experimentar como ser otro. Y podemos identificarnos con otro a nivel mucho más profundo que las identificaciones que tenemos en la vida habitual; y, es precisamente esa su riqueza.
Uno es tantos más que una sola identificación. Los pliegues y contradicciones internas que tenemos son tantas que se siempre un texto bien escrito te va a acercar a ese punto más complejo del otro, y que además estoy convencida que para entrar a un personaje central se entra por la grieta, por la contradicción, por lo no evidente.
Siempre es más complejo salir de ese yo que tiene una opinión formada sobre el mundo y que tiene distintas identificaciones o etiquetas y entrar en las zonas más raras que tenemos. Zonas grises. Especialmente yo tengo muchas.
La escritura para mí nos permite esto, superar las transformaciones. Por ejemplo, estoy acabando de escribir una novela, y la estoy empezando a releer, y dije “¿quién ha escrito esto?”. Me cambió todo al vivir esta novela. Ya soy otra, y soy otra por haber escrito eso. La literatura es un espacio hermoso para atestiguar estas transformaciones múltiples a lo largo de la vida.
Ahora Delfina Korn se ha convertido en maestra, ¿qué formación ofrece y cómo se imparten estos cursos?
Doy cursos de escritura y lectura de múltiples temáticas. Por ejemplo, el actual se llama “Momentos de quiebre”, por el momento es presencial, pero en marzo será por virtual, por zoom. El objetivo es que cada uno venga a trabajar lo que quiera.
Para este de ahora yo reuní los cuentos que más gustaban y dije, ¿qué tienen en común? Me di cuenta de que todos trataban de un momento de quiebre en la vida de los personas o narradores. Por ejemplo, hay un cuento que estamos trabajando ahora, Recorre los campos azules de Claire Keegan, que cuenta como a un sacerdote que le toca casar a la chica con la que tuvo un romance.
Hay un momento en el cuento donde a la chica se le rompe el collar de perlas y al sacerdote le llega una, la agarra y siente el calor de ella. Me parece espectacular, el calor de esa perla le parece más importante que el resto de las cosas que le pasaron en años. Aquí trabajamos por ejemplo el tema de la renuncia. Cada cuento que elijo busco que sean temas que cambian la vida, porque no solo existen las experiencias de vida o muerte, hay otras veces que son experiencias no tan grandes, pero igual, nos cambian radicalmente. ¿El sacerdote ahora sí estaba dispuesto a dejar todo para estar con ella?
Delfina Korn sigue su trayectoria como escritora preparando nuevos talleres donde explorar la creatividad en la escritura pero sobre todo no ha dejado de escribir, ya está preparando otra novela.
Si quieres apuntarte al curso virtual que se dará en marzo 2023 con Delfina Korn, puedes contactar directamente:
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