Zeruya Shalev (Israel, 1959) está considerada una de las mejores escritores del panorama literario de Israel. Nació al norte del país en el kibutz Kevutzat Kinneret en el seno de una familia que lleva la escritura y la literatura en sus genes. Abandonó la vida comunitaria del kibutz en una dramática noche con su padres siendo una bebé para emprender una vida radicalmente diferente. Se formó en estudios bíblicos en la Universidad Hebrea de Jerusalén y es autora de varias novelas como Marido y Mujer, Thera o Lo que queda de nuestras vidas (Siruela, 2014).
Hablamos con Shalev sobre las diferentes connotaciones del dolor y del amor en su última novela publicada Dolor (Acantilado, 2002) traducida por Ana María Bejarano. Nos adentramos en su proceso creativo descubriendo la psicología y las intimidades de unos personajes que los lectores recordarán durante mucho tiempo. Shalev está en su estudio rodeada de libros con una gata que se deja ver de vez en cuando al otro lado de la pantalla. Shalev no pierde la sonrisa incluso cuando nos habla de los momentos más duros como escritora o cuando se adentra al analizar el último revés político de Israel.
El poder central de la inspiración proviene de una forma misteriosa y es algo todavía desconocido para mí.
¿Cuándo decidió convertirse en escritora?
Ocurrió muy pronto en mi vida, creo que nací así. Empecé a escribir poesía en cuanto aprendí el alfabeto, quizá con 5 o 6 años. Todavía tengo conmigo algunos de mis cuadernos de esa época donde hay historias sobre gatos y perros pero también sobre soldados muertos en la guerra. Eran historias tristes. Me encontré a mí misma escribiendo, construyendo mi identidad antes de saber qué eran incluso las identidades. El proceso de escritura surgió de forma natural y no fue una decisión.
¿Naciste entonces con la maravillosa virtud de escribir?
Tenemos estos genes de la escritura en la familia, no es algo misterioso para mí. Mi primo es escritor, Meir Shalev y mi hermano es escritor, mi tío fue poeta y escritor y mi padre fue crítico literario. Así que sí, tenemos este gen en la familia.
¿Tiene algún lugar preferido para escribir como algún rincón de su casa o de su ciudad?
Es una lucha. No es nunca fácil encontrar un lugar. Pero yo siempre suelo escribir en casa, incluso cuando tenía a mis hijos pequeños alrededor no quise escribir fuera de aquí. Así que siempre tenía un tipo de estudio como el que ves aquí, a veces era más grande o simplemente un balcón cerrado. Solo necesito un lugar pequeño y la puerta cerrada ni siquiera una ventana
Recuerdo en Jerusalén durante muchos escribí desde un tipo de refugio sin ventanas y estaba bien. Solo necesito mi privacidad y que no me molesten durante varias horas. De esta manera puedo empezar a escribir. No soy de este tipo de escritores que necesitan irse fuera, al extranjero, para terminar una novela o ir a una residencia de escritores. Soy mucho más “casera”.
¿De dónde surge la inspiración para sus novelas?
Te tengo que decir que es todavía un misterio para mí, de verdad. He escrito durante mucho tiempo pero nunca he sabido exactamente de dónde viene, o si se va a terminar. Es como si tuviera dentro de mí un pozo, un pozo profundo y no sé cuán seco está, cuánta agua tengo dentro o si se va a secar. Las cosas vienen y se van de una forma misteriosa.
Puedo sentarme a escribir durante muchas horas sin planificación y sin saber sobre qué quiero escribir. Por ejemplo el inicio de mi novela Dolor surgió de mí de una forma natural y no tenía ni idea de lo que iba a escribir. Luego en retrospectiva vi que estaba influenciada por mi propia experiencia personal o de historias que he escuchado. El poder central de la inspiración proviene de una forma misteriosa y es algo todavía desconocido para mí.
Sé que hago a mis lectores o a mis personajes sufrir. Pero también quiero que este sufrimiento no sea solo para confortar el dolor, sino para crecer.
Zeruya Shalev
Su novela Dolor habla en parte de usted porque fue malherida en un ataque terrorista en Jerusalén hace 20 años, ¿Es Dolor una especie de guía de sanación, un lugar donde se puede aprender a cómo vivir con el dolor, a combatirlo tal vez?
Debo dar una respuesta compleja. Por un lado creo que la literatura debería chocarnos, debería dañarnos, nos debería hacer sentir que perdemos y ganamos, ser muy activos, estar muy influenciados sobre lo que leemos y no necesariamente en un sentido positivo, porque puede doler. Pero por otro lado, tengo este deseo y anhelo de dar cierto alivio a mis lectores. Ser algo así como una escritora-terapeuta. Tengo el sueño de hacer que mis lectores puedan aliviar su dolor a pesar de que la lectura de mis libros pueda ser difícil.
Puede que algunos ganen una nueva perspectiva y se sientan menos solos. Sé que hago a mis lectores sufrir o a mis personajes sufrir. Pero también realmente quiero que este sufrimiento no sea solo para confortar el dolor, sino para crecer.
Mis personajes literarios llegan al final de libro siendo un poco más sabios, felices también, incluso más maduros. Nunca es un final feliz, pero es un proceso mental, un proceso interno que los personajes atraviesan y espero que los lectores también lo hagan y que el sentimiento al terminar el libro sea un poco diferente.
¡Si he tenido éxito contigo, estoy completamente feliz!
Su libro también trata varias formas de amor, ¿cree que nunca es tarde para amar?, ¿cree en las segundas oportunidades?
Nunca es tarde para amar, pero también siempre es pronto. El tiempo es uno de los grandes problemas del amor y de la vida en general. Intenté dar a estos dos personajes, Iris y Eitan, una segunda oportunidad para amar. Si Eitan, el amor de su vida y de su juventud aparece de repente, ¿cómo va Iris a ignorarlo? En realidad Iris nunca está buscando el amor. Otros de mis personajes son bastante más activos: rompen familias, están en busca de otras parejas. Sin embargo Iris está muy ocupada con su trabajo y su familia y ella no está obsesionada con el amor en absoluto.
“No es mi amor, pero es el amor de mi corazón”, ¿deberíamos amar como Iris en esta frase?
Creo que este es el gran conflicto. He tratado de comparar o examinar estas dos formas de amar, aunque ya sé que hay muchas variaciones, pero por un lado está este amor de Eitan e Iris cuando eran jóvenes y por otro lado está el amor que él puede ofrecerle a ella ahora: amor total, devoto, biótico. Y, también está el otro amor, el que ella experiencia con su marido, más maduro y le da a cada parte la opción de evolucionar de un modo individual.
¿Fue su intención hablar sobre algún tipo de dolor único que solo las mujeres pueden sentir?
Es una cuestión muy complicada porque cuando escribo estoy muy ocupada con la individualidad de cada personaje, con la particular estructura de cada uno de ellos. No estoy tan preocupada si es un hombre o una mujer aunque la mayoría de mis personajes son mujeres normalmente. Creo que es importante para mí escribir sobre mujeres porque durante muchas generaciones los escritores, hombres, escribieron sobre mujeres. Y es importante que lo hagamos nosotras mismas.
Sin embargo no creo que necesariamente una mujer que sufra de dolor, este sea completamente diferente al dolor que pueda sufrir un hombre. Empecé escribiendo sobre esta mujer pero desde una idea general de dolor del ser humano.
Hay muchos dolores en su libro: de madres e hijas, dolor físico y del alma, dolor en la familia y en el pasado, con los hijos, con la pareja, en el parto. ¿Es este dolor parte de la narrativa judía?
Honestamente no estaba pensando cuando escribí en algo tan grande, me refiero a toda la tradición judía; pero no significa que estés equivocado, es decir, puedes verlo exactamente desde esa perspectiva. El hecho de que Iris y su dolor estén conectados con el hecho de ser israelí, de ser judía, sí, estoy de acuerdo que esto no está desconectado de la cadena de dolor en la historia judía o del dolor israelí de los últimas generaciones ya que ella fue herida en un ataque terrorista.
Cuando camino intentando describir un sentimiento, un trauma, un recuerdo, es, en este esfuerzo lleno de inspiración, intentando vivir una vida alternativa o estar abierta a un montón de sentimientos donde sí podría haber algo terapéutico de lo que hablar.
No hay odio en el lenguaje de Iris, ni contra los terroristas ni contra los malos de esta historia. ¿Qué piensa del odio?
Hablamos sobre este ataque terrorista en el que yo fui herida, pero no estaba escribiendo mi historia cuando empecé la historia de Iris. La de Iris difiere bastante de la mía. Pero en este punto me siento y me sentía exactamente como ella.
No podía hablar de este evento trágico sin incluir a la familia. Me centré más en su situación familiar y en sus problemas más que en culpabilizar a los palestinos, al Primer Ministro o a los políticos. Este es un sentimiento que conozco muy bien y honestamente no pude sentir ningún odio después de lo que me pasó.
Sentí mucho dolor, pero incluso cuando leí sobre el terrorista suicida que hizo aquello, no; no pude sentir odio. Creo que hay algo tan trágico en esta combinación del destino de ambos pueblos, israelíes y palestinos que considero que el odio está fuera de la historia y para Iris también, solo dolor.
¿Podría la literatura ayudar superar este tipo de traumas tanto a un escritor como a un lector?
No veo mi escritura como una terapia para mí misma porque la escritura requiere de muchísimo poder y consume mucha energía. No es un pasatiempo fácil para sentirme mejor, es lucha de verdad. Cuando estuve con dolor tras ser herida en aquel ataque, no pude escribir por lo menos en un año y medio porque me sentía muy débil. No escribo para sentirme mejor, pero las palabras están ya escritas. Cuando camino intentando describir un sentimiento, un trauma, un recuerdo, es en este esfuerzo lleno de inspiración, intentando vivir una vida alternativa o estar abierta a un montón de sentimientos donde sí podría haber algo terapéutico de lo que hablar.
Me gustaría preguntarle por la sociedad israelí de hoy, ¿cómo ve la delicada situación política actual?, ¿podría la literatura cambiar algo?
No soy una gran creyente en el poder de la literatura, tengo que decir la verdad. Su poder es muy lento, no estoy diciendo que no haya poder pero la influencia de la literatura es lenta y muy compleja. Podemos construir puentes y puedo sentir que hay más puentes entre yo y mis lectores fuera de Israel por ejemplo o entre israelíes y los europeos. Pero no veo el poder de la literatura en el conflicto entre Israel y Palestina o cualquier otro conflicto caliente.
Vivo en un país muy político y escribo novelas muy íntimas, presto mucha atención al estilo, a la lengua, a los pequeños matices de las emociones. Espero que haya un modo de crear sensibilidad en la mente de los lectores, me gusta de vez en cuando citar fuentes judías, fuentes judías antiguas de Tanaj u otros textos judíos para mantener la conexión de los textos judíos vívida y relevante. Hago lo que puedo en mi escritura para mantener este lugar tan íntimo y sensible dentro de la cacofonía israelí.
Mi padre me solía leer historias de Agnon antes de irme a dormir. Mi padre amaba la literatura de una forma profunda. Incluso recuerdo que nos leía Kafka cuando yo tenía 5 años.
Hablamos de fuentes y veo que menciona a Agnon en la novela. ¿ En qué medida le ha influido en su escritura?
Agnon es el único escritor israelí que ganó el premio Nobel. Él es el gigante de la literatura israelí y todos le seguimos como podemos. Él era todavía un judío de la diáspora, un judío rabínico que tenía todo el tesoro de la literatura bíblica rabínica en su cabeza. Sus libros son un poco difíciles de leer para los lectores contemporáneos porque su lenguaje es muy alto y uno necesita ser bastante culto para entenderle.
Pero mí es el modelo más grande. Yo conocía su literatura desde edad muy temprana. Mi padre me solía leer historias de Agnon antes de irme a dormir. Es algo muy gracioso, es como si tu padre te leyera, no sé, ¿Ulises? Algo casi imposible de entender. Y así es como crecí. Porque mi padre amaba la literatura de una forma profunda. Incluso recuerdo que nos leía Kafka cuando yo tenía años. Así que mi ambición literaria era enorme.
¿Hacia dónde va Israel?
Es increíble que a pesar de que la situación política de Israel esté decayendo, la literatura sigue floreciendo, es muy creativa y hay muchos escritores y muchos están haciendo un gran trabajo. Estamos hablando de un momento muy complicado para Israel porque la democracia en Israel está de verdad bajo un ataque. Yo diría que incluso es como una pequeña trama bíblica.
¿Afecta esta tensión a su escritura?
Pude concentrarme durante los últimos ataques terroristas en Jerusalén y en Israel en general. Casi siempre he podido escribir en durante momentos difíciles, pero ahora, ahora mismo está situación me da miedo y es tan amenazante que no puedo escribir y estoy nerviosa.
¿Significa esto que está escribiendo algo nuevo?
Bueno, estoy en el principio de algo pero todavía es muy pronto para saber qué. Aunque esta situación me está afectando. Lo bueno de vivir en este país es que por un lado es un caos pero también es un paraíso para los escritores porque hay muchos problemas, conflictos.
Muchas gracias Zeruya Shalev
Muchas gracias a ti Iván