El lanzamiento retrasado de la película "Golda", dirigida por Guy Nattiv, que debía de estrenarse durante Rosh Hashaná pero, debido a cambios en la distribución, acabó proyectándose en Europa solo después del terrible ataque en los kibutz fronterizos de Gaza, pareció una infeliz coincidencia
La figura de Golda Meir, para mi generación de los años 90 y 2000, siempre impuso cierto respeto debido a la sombra de su importancia en la defensa y establecimiento del Israel actual. Aunque, precisamente debido al desarrollo de la guerra de Yom Kippur, su imagen en Israel quedó algo afectada.
Sin embargo, me atrevo a decir que debido a los tiempos de relativa paz que se experimentaron en mi generación en la Diáspora en los últimos 30 años, no teníamos la verdadera dimensión de lo que significó la postura aguerrida de Golda durante su controvertido mandato como primera ministra.
Tras los atentados contra Israel por parte de Hamás el pasado 7 de octubre, el lanzamiento retrasado de la película “Golda”, dirigida por Guy Nattiv, que debía de estrenarse durante Rosh Hashaná pero, debido a cambios en la distribución, acabó proyectándose en Europa solo después del terrible ataque en los kibutz fronterizos de Gaza, pareció una infeliz coincidencia.
La subsiguiente guerra, que continúa victimizando a israelíes y provocando una ola virulenta y generalizada de antisemitismo en todo el mundo, sirve como telón de fondo para demostrar cómo la defensa del Estado de Israel está intrínsecamente relacionada con la protección del pueblo judío, ya sea en Israel o en la Diáspora.
La película, que adopta un enfoque diferente de otras del mismo género, aborda la guerra desde un punto de vista estratégico, con pocas escenas gráficas, logrando transmitir la agonía y el dolor de todas las personas involucradas en el alto escalón israelí durante el desarrollo de la guerra de Yom Kippur.
La representación de la estadista se realiza a través de su perspectiva más humana, aprovechando un maquillaje fenomenal que cuida incluso los detalles más mínimos, como los pies hinchados y los cabellos debilitados por la quimioterapia que caen durante un baño. Además, la excelente actuación de Helen Mirren imprime en Golda todo el esfuerzo de una mujer mayor, enganchada a los pitillos y enferma, en cargar no solo con la responsabilidad de la vida de miles de jóvenes atrapados en el fuego cruzado de decisiones estratégicas desastrosas, sino también con la garantía de que el incipiente Estado de Israel sea reconocido por sus enemigos en el afán de servir como refugio para todos los judíos del mundo.
En este sentido, la escena en la que, a través de la insistencia que solo una abuela podría tener al hacer con que un nieto coma un plato que le parece intragable, Golda enseña al entonces secretario de estado estadounidense Henry Kissinger la lección que, ahora en 2023, resuena con más fuerza que nunca: antes de cualquier calificativo, un judío es, ante todo, un judío.
Es de esta manera que la película, al explorar la complejidad humana detrás de la figura pública, proporciona una visión profunda de la fuerza y el sacrificio involucrados en la defensa de una nación y de su pueblo. Una buena opción para ver en grupo y generar discusiones sobre la importancia de defender nuestra identidad judía y la defensa del Estado de Israel en beneficio de un colectivo constantemente amenazado.
One Response
Excelente reseña Hannah. Una obra importante sobre una mujer clave en la historia de Israel