A veces, dejar Spotify en modo aleatorio te regala el descubrimiento de nuevos artistas que ni siquiera imaginabas que existían. Esto me sucedió hace algunas semanas cuando descubrí a Miqedem. Imagina una banda cuyas canciones recitan pasajes del Tanaj y los mezclan con melodías e instrumentales del Oriente Próximo, pero con la fusión cosmopolita que solo existe en Israel.
Esto me sucedió hace algunas semanas cuando descubrí a Miqedem. Imagina una banda cuyas canciones recitan pasajes del Tanaj y los mezclan con melodías e instrumentales del Oriente Próximo, pero con la fusión cosmopolita que solo existe en Israel.
Eso es Miqedem, un trío con sede en Tel Aviv-Yafo que cuenta con las impresionantes vocales de Sol Haver, el trabajo ecléctico del instrumentalista Yaron Cherniak y el bajista Vadym Sokolyk.
Además de la poderosa y emotiva voz de Sol, destaca el trabajo multiinstrumental de la banda, que a menudo incorpora instrumentos antiguos del Medio Oriente como el Oud, el violín marroquí, el alquitrán persa y el shurangiz.
Junto con los arreglos modernos y la introducción de la sonoridad eléctrica del bajo y la guitarra, Miqedem ofrece un trabajo que toca el fondo de nuestra ancestralidad, pero con un enfoque contemporáneo basado en la sonoridad indie-folk digna de algún festival de verano.
Por hablar de festivales, desafortunadamente, el grupo no suele salir de gira, aunque desde su fundación en 2015 ha recorrido Francia, Ucrania, Polonia, Estados Unidos, Suecia, Alemania y Inglaterra. Sin embargo, gracias a internet, su trabajo puede ser apreciado en las principales plataformas de streaming.